lunes, 9 de diciembre de 2013
jueves, 5 de diciembre de 2013
lunes, 2 de diciembre de 2013
miércoles, 27 de noviembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
Un sueño
Un sueño
Manuel Acuña
¿Quieres oír un sueño?
Pues anoche
vi la brisa fugaz de la espesura
que al rozar con el broche
de un lirio que se alzaba en la pradera
grabó sobre él un «beso»,
perdiéndose después rauda y ligera
de la enramada entre el follaje espeso.
Este es mi sueño todo,
y si entenderlo quieres, niña bella,
une tus labios en los labios míos,
y sabrás quién es «él», y quién es «ella».
Nocturno a Rosario
Manuel Acuña nació el 27 de agosto de 1849 en Coahuila (México) y falleció en Ciudad de México el 6 de diciembre de 1873 fue un importante poeta mexicano perteneciente al movimiento romántico.
Lamentablemente tuvo una vida muy corta, aunque comenzó a escribir de pequeño e incluso estudió varios idiomas entre los que se encontraban el latín y el francés; también comenzó a estudiar medicina.
Pese a haber fallecido a los 24 años (se quitó la vida ingiriendo cianuro) tuvo una vida literaria sumamente fructífera, una de sus obras que más ha trascendido es "Nocturno", el cual dedicó a Rosario de la Peña, de quien se hallaba enamorado y que se intuye fue una de las causas de su suicidio.
Nocturno a Rosario
Manuel Acuña
I
¡Pues bien! Yo necesito
Decirte que te adoro
Decirte que te quiero
Con todo el corazón;
Que es mucho lo que sufro,
Que es mucho lo que lloro,
Que ya no puedo tanto
Al grito que te imploro,
Te imploro y te hablo en nombre
De mi última ilusión.
II
Yo quiero que tú sepas
Que ya hace muchos días
Estoy enfermo y pálido
De tanto no dormir;
Que ya se han muerto todas
Las esperanzas mías,
Que están mis noches negras,
Tan negras y sombrías
Que ya no sé ni dónde
Se alzaba el porvenir.
III
De noche, cuando pongo
Mis sienes en la almohada
Y hacia otro mundo quiero
Mi espíritu volver,
Camino mucho, mucho,
Y al fin de la jornada
Las formas de mi madre
Se pierden en la nada
Y tú de nuevo vuelves
En mi alma a aparecer.
IV
Comprendo que tus besos
Jamás han de ser míos,
Comprendo que en tus ojos
No me he de ver jamás,
Y te amo y en mis locos
Y ardientes desvaríos
Bendigo tus desdenes,
Adoro tus desvíos,
Y en vez de amarte menos
Te quiero mucho más.
V
A veces pienso en darte
Mi eterna despedida,
Borrarte en mis recuerdos
Y hundirte en mi pasión
Mas si es en vano todo
Y el alma no te olvida,
¿Qué quieres tú que yo haga,
Pedazo de mi vida?
¿Qué quieres tú que yo haga
Con este corazón?
VI
Y luego que ya estaba
Concluido tu santuario,
Tu lámpara encendida,
Tu velo en el altar;
El sol de la mañana
Detrás del campanario,
Chispeando las antorchas,
Humeando el incensario,
Y abierta allá a lo lejos
La puerta del hogar...
VII
¡Qué hermoso hubiera sido
Vivir bajo aquel techo,
Los dos unidos siempre
Y amándonos los dos;
Tú siempre enamorada,
Yo siempre satisfecho,
Los dos una sola alma,
Los dos un solo pecho,
Y en medio de nosotros
Mi madre como un dios.
VIII
¡Figúrate qué hermosas
Las horas de esa vida!
Qué dulce y bello el viaje
Por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
Mi santa prometida;
Y al delirar en ello
Con alma estremecida,
Pensaba yo en ser bueno
Por ti, no más por ti.
IX
¡Bien sabe Dios que ese era
Mi más hermoso sueño,
Mi afán y mi esperanza,
Mi dicha y mi placer;
Bien sabe Dios que en nada
Cifraba yo mi empeño,
Sino en amarte mucho
Bajo el hogar risueño
Que me envolvió en sus besos
Cuando me vio nacer!
X
Esa era mi esperanza...
Mas ya que a sus fulgores
Se opone el hondo abismo
Que existe entre los dos,
¡Adiós por la vez última,
Amor de mis amores;
La luz de mis tinieblas,
La esencia de mis flores;
Mi lira de poeta,
Mi juventud, adiós!
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Si tú te vas
Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
Centímetro a centímetro
Centímetro a centímetro
Rubén Bonifaz Nuño
-Piel, cabello,
ternura, olor, palabras-
mi amor te va tocando.
Voy descubriendo a diario,
convenciéndome
de que estás junto a mí, de que es posible
y cierto; que no
eres,
ya, la felicidad imaginada,
sino la dicha permanente,
hallada,
concretísima; el abierto
aire total en que me pierdo y gano.
Y después, qué
delicia
la de ponerme lejos nuevamente.
Mirarte como antes
y llamarte de
"usted", para que sientas
que no es verdad que te haya
conseguido;
que sigues siendo tú, la inalcanzada;
que hay muchas cosas
tuyas
que no puedo tener.
Qué delicia delgada, incomprensible,
la de verte
lejos,
y soportar los golpes de alegría
que de mi corazón ascienden
al
acercarse a ti por vez primera;
siempre por primera, a cada instante.
Y al
mismo tiempo, así, juego a perderte
y a descubrirte, y sé que te
descubro
siempre mejor de como te he perdido.
Es como si dijeras:
"Cuenta
hasta diez, y búscame", y a oscuras
yo empezara a buscarte, y
torpemente
te preguntara: ¿estás allí?", y salieras
riendo del
escondite,
tú misma, sí, en el fondo; pero envuelta
en una luz distinta, en un
aroma
nuevo, con un vestido diferente.
Espero
Espero
Mario Benedetti
Te espero cuando la noche se haga día, suspiros de esperanzas ya perdidas. No creo que vengas, lo sé, sé que no vendrás. Sé que la distancia te hiere, sé que las noches son más frías, Sé que ya no estás. Creo saber todo de ti. Sé que el día de pronto se te hace noche: sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte, Pues sé que no vendrás. Te espero cuando miremos al cielo de noche: tu allá, yo aquí, añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida, Quizás por el resto de nuestras vidas. Es triste hablar así. Cuando el día se me hace de noche, Y la Luna oculta ese sol tan radiante. Me siento sólo, lo sé, nunca supe de nada tanto en mi vida, solo sé que me encuentro muy sólo, y que no estoy allí. Mis disculpas por sentir así, nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así. Mi aire se acaba como agua en el desierto. Mi vida se acorta pues no te llevo dentro. Mi esperanza de vivir eres tu, y no estoy allí. ¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás, ¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti? Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí. Porque todas las noches me torturo pensando en ti. ¿Por qué no solo me olvido de ti? ¿Por qué no vivo solo así? ¿Por qué no solo....
miércoles, 9 de octubre de 2013
Jorge Luis Borges
Creo que Jorge Luis Borges es de los escritores más importante del siglo pasado y parte de este, pero no solamente es esencial su obra narrativa. En mi opinión, prefiero su poesía por esa redacción tan limpia que parece. Aquí les dejo "El amenazado", de mis favoritas.
EL AMENAZADO
Jorge Luis Borges
Es el amor. Tendré que cultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño? Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.miércoles, 2 de octubre de 2013
Tu más profunda piel.
No sé, no sé, no sé, no sé. Creo que cada semana me enamoro de un poema nuevo y esta semana no es la excepción. Julio Cortázar, "Tu más profunda piel".
TU MÁS PROFUNDA PIEL
JULIO CORTÁZAR
Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.
No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.
Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste " Me da pena, y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.
Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.
Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.
lunes, 30 de septiembre de 2013
Gravity.
Buena noche de lunes parcialmente nublado. Empecemos la semana bien, nada mejor que esta presentación, de las mejores que tiene John Mayer. Les pongo la letra, increíble composición.
Gravity is working against me
And gravity wants to bring me down
Oh I'll never know what makes this man
With all the love that his heart can stand
Dream of ways to throw it all away
Oh, gravity is working against me
And gravity wants to bring me down
[2x]
Oh twice as much ain't twice as good
And can't sustain like one half could
It's wanting more
That's gonna send me to my knees
Oh gravity, stay the hell away from me
And gravity has taken better men than me (now how can that be?)
Just keep me where the light is
Just keep me where the light is
Just keep me where the light is
C'mon keep me where the light is
C'mon keep me where the light is
C'mon keep me where keep me where the light is
miércoles, 25 de septiembre de 2013
How I Met Your Mother
Buen miércoles, mitad de semana. Les comparto mi emoción porque el lunes se estrenó la última temporada de mi serie favorita, "How I Met Your Mother".
domingo, 22 de septiembre de 2013
Aunque bien sé que no me extrañas.
Hola, bonito domingo (para mí no tanto después de un sábado sin internet). Quiero compartirles uno de mis poemas favoritos de este gran poeta, Rubén Bonifaz Nuño. Bonito día.
Aunque bien sé que no me extrañas,
aunque tengo la razón, me acuerdo:
el cáncer terminó; te ausentas
por todo lo mal que supe amarte.
aunque tengo la razón, me acuerdo:
el cáncer terminó; te ausentas
por todo lo mal que supe amarte.
Ya fui desventurado cuando
estuviste aquí, y en el momento
donde te vas, me desventuro.
La sola ventaja de estar ciego
es acaso no poder mirarte.
estuviste aquí, y en el momento
donde te vas, me desventuro.
La sola ventaja de estar ciego
es acaso no poder mirarte.
Ya morir sin arrepentimiento
es mi esperanza, y te lo digo
porque al fin te conozco;
que si he pedido muchas cosas,
pude pagar con sobreprecio
las pocas que me fueron dadas.
es mi esperanza, y te lo digo
porque al fin te conozco;
que si he pedido muchas cosas,
pude pagar con sobreprecio
las pocas que me fueron dadas.
Mientras más mal te portas, mucho
más te voy queriendo, y porque espero
menos, me injurio y te acrecientas.
Así tuvo que ser: de tanto
que te procuré, me aborreciste;
tan sólo pesares te he dejado.
más te voy queriendo, y porque espero
menos, me injurio y te acrecientas.
Así tuvo que ser: de tanto
que te procuré, me aborreciste;
tan sólo pesares te he dejado.
Raspaduras de celos, dudas
que no opacaron la certeza
de cuanto en ti me desolaba.
que no opacaron la certeza
de cuanto en ti me desolaba.
Tú, como si nada, te diviertes;
pero entristécete:
si todos sabrán que estoy quemado,
ninguno sabrá que por tus llamas.
pero entristécete:
si todos sabrán que estoy quemado,
ninguno sabrá que por tus llamas.
Vete como de veras; pierde
el número atroz de este teléfono,
la dirección que no aprendiste,
aquel corazón tan despistado.
el número atroz de este teléfono,
la dirección que no aprendiste,
aquel corazón tan despistado.
Igual sigue siendo todo; nadie
hay como tú, por mi fortuna;
pero a nadie como tú he llegado.
hay como tú, por mi fortuna;
pero a nadie como tú he llegado.
En el agua escrito y en el viento
quedó el amor perpetuo. Sombras.
Y me quemo, y de mejor violencia
-ay, mamá- te alumbro al apagarme.
quedó el amor perpetuo. Sombras.
Y me quemo, y de mejor violencia
-ay, mamá- te alumbro al apagarme.
Ya te conozco, ya obligado
soy a bien quererte y despreciarme.
Pero no, porque me da vergüenza;
pero sí, porque me estoy muriendo
sin voluntad ni penitencia.
soy a bien quererte y despreciarme.
Pero no, porque me da vergüenza;
pero sí, porque me estoy muriendo
sin voluntad ni penitencia.
Y por todo: porque no quisiste
permanecer, porque me olvidas,
porque me voy tristeando, gracias
te doy. Y por andar de noche.
permanecer, porque me olvidas,
porque me voy tristeando, gracias
te doy. Y por andar de noche.
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